Cuando se genera el hecho Bolivia ve que hay dos empresas muy
grandes que operan en Chile, una es la FCAB (Ferrocarril de Antofagasta Bolivia)
la cual es una empresa internacional de capitales ingleses que opera en Chile desde
hace más de 130 años y genera trabajo directo a mas de 1300 personas, trabaja
con las compañías mineras del sector lo que la hace un negocio rentable, porque
hay bastantes empresas mineras privadas. La segunda empresa es la CODELCO
(Corporación del Cobre) es una empresa estatal y es una de las mayores empresas extractoras y comercializadoras de Cobre en el mundo. Por el lado Boliviano tenemos a la
empresa DUCTEC S.R.L. que solo se encarga de cobrar, no genera valor agregado
ni genera empleo directo y claro es una empresa que adquirió
privilegios por sus contactos con el estado.
Entonces al ver Bolivia el otro lado del río ve a una región
con mucha actividad económica y en la peor visión va por el pedazo de carne que
ve en el reflejo y decide cobrar a Chile, al mismo modus operandi que hizo el presidente
Hilarión Daza, sacar la mejor tajada del éxito de unos, para generar ingresos públicos
sin esfuerzo de nadie, lo que terminó en ese entonces en la guerra del Pacífico, pero en nuestra época finalizó en una demanda ante la corte internacional
de la Haya y finalizando con el resultado de que el río Silala es un río
Internacional, Y LO ES, la demanda no tiene una base lógica, es como si Brasil
nos pidiera que paguemos por las aguas del río Beni que nacen en el Amazonas,
pero como acá todo lo tomamos como un sentido de reivindicación nacional y esa
pena contenida aún de la guerra del pacífico, queremos ganarle a Chile en
alguna cuestión para que sienta lo mismo, pensamiento progre por cierto.
Hagamos un ejercicio, si digamos en un universo paralelo
zurdo, el tribunal de la Haya hubiese resuelto que Chile y las empresas que operan
en ese sector deban pagar a Bolivia las cantidades que pide hubiese ocasionado primero
que muchas de estas empresas entren en déficit para posteriormente cerrar operaciones, al tener
estas condiciones muchas empresas se hubiesen retirado y en Bolivia volveríamos
a tener ingresos 0 y obviamente ninguna inversión privada por parte de Bolivia
porque somos un país estatista.
La propuesta liberal es más bien, que haya más inversión privada (nacional o extranjera) en el lado boliviano que se beneficien de estas aguas, que genere valor agregado (riqueza) que genere trabajo directo e indirecto y de esa manera haya mayor ingreso para los ingresos públicos sin que haya impuestos altos ni tasas sin sentido ni tener que depender lo que pague un país vecino por un caudal de aguas internacionales como un solo tipo de ingreso.
Lamentablemente nuestro país sigue una línea de izquierda que piensa que la inversión privada es mala y que debe ser castigada con impuestos, tasas y leyes coercitivas que impiden el crecimiento de las empresas o llegar a una buena rentabilidad, lo que ocasiona el efecto reflejo, el pensar que en ese reflejo del Río el compadre tiene un mejor pedazo de carne y nos apresuramos a quitárselos, y claro, al final nos quedamos sin nuestro pedazo, al llorar al río.



