martes, 6 de diciembre de 2022

SILALA Y LA FALSA ILUSIÓN DE GRANDES INGRESOS PÚBLICOS


Hay una fábula de Esopo que refleja muy bien lo que ocurrió en el Silala y es la de “El perro y su reflejo en el río: Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un pedazo de carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo. Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su compadre, Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, solo era un reflejo y el pedazo de carne verdadero se cayó y se lo llevó la corriente”.

Cuando se genera el hecho Bolivia ve que hay dos empresas muy grandes que operan en Chile, una es la FCAB (Ferrocarril de Antofagasta Bolivia) la cual es una empresa internacional de capitales ingleses que opera en Chile desde hace más de 130 años y genera trabajo directo a mas de 1300 personas, trabaja con las compañías mineras del sector lo que la hace un negocio rentable, porque hay bastantes empresas mineras privadas. La segunda empresa es la CODELCO (Corporación del Cobre) es una empresa estatal y es una de las mayores empresas extractoras y comercializadoras de Cobre en el mundo. Por el lado Boliviano tenemos a la empresa DUCTEC S.R.L. que solo se encarga de cobrar, no genera valor agregado ni genera empleo directo y claro es una empresa que adquirió privilegios por sus contactos con el estado.

Entonces al ver Bolivia el otro lado del río ve a una región con mucha actividad económica y en la peor visión va por el pedazo de carne que ve en el reflejo y decide cobrar a Chile, al mismo modus operandi que hizo el presidente Hilarión Daza, sacar la mejor tajada del éxito de unos, para generar ingresos públicos sin esfuerzo de nadie, lo que terminó en ese entonces en la guerra del Pacífico, pero en nuestra época finalizó en una demanda ante la corte internacional de la Haya y finalizando con el resultado de que el río Silala es un río Internacional, Y LO ES, la demanda no tiene una base lógica, es como si Brasil nos pidiera que paguemos por las aguas del río Beni que nacen en el Amazonas, pero como acá todo lo tomamos como un sentido de reivindicación nacional y esa pena contenida aún de la guerra del pacífico, queremos ganarle a Chile en alguna cuestión para que sienta lo mismo, pensamiento progre por cierto.

Hagamos un ejercicio, si digamos en un universo paralelo zurdo, el tribunal de la Haya hubiese resuelto que Chile y las empresas que operan en ese sector deban pagar a Bolivia las cantidades que pide hubiese ocasionado primero que muchas de estas empresas entren en déficit para posteriormente cerrar operaciones, al tener estas condiciones muchas empresas se hubiesen retirado y en Bolivia volveríamos a tener ingresos 0 y obviamente ninguna inversión privada por parte de Bolivia porque somos un país estatista.

La propuesta liberal es más bien, que haya más inversión privada (nacional o extranjera) en el lado boliviano que se beneficien de estas aguas, que genere valor agregado (riqueza) que genere trabajo directo e indirecto y de esa manera haya mayor ingreso para los ingresos públicos sin que haya impuestos altos ni tasas sin sentido ni tener que depender lo que pague un país vecino por un caudal de aguas internacionales como un solo tipo de ingreso.

Lamentablemente nuestro país sigue una línea de izquierda que piensa que la inversión privada es mala y que debe ser castigada con impuestos, tasas y leyes coercitivas que impiden el crecimiento de las empresas o llegar a una buena rentabilidad, lo que ocasiona el efecto reflejo, el pensar que en ese reflejo del Río el compadre tiene un mejor pedazo de carne y nos apresuramos a quitárselos, y claro, al final nos quedamos sin nuestro pedazo, al llorar al río.